Puerto Rico es conocido por sus playas paradisíacas, por su templado clima y por la belleza exótica de sus mujeres. Mujeres de mucha pasión y de fuerte temperamento, que cuando se sumergen en una noche de lujuria, se convierten en verdaderas bombas explosivas.

Las puertorriqueñas solo aman si es entregándose en su totalidad. Su cuerpo y su mente se funden en una máquina de hacer el amor, de gozar, de gemir, de disfrutar cada segundo de la relación. Sus cuerpos se estremecen en busca del tan ansiado órganos que las deja saciadas por unas horas. Y es en esa búsqueda del clímax final cuando arrasan con todo lo que tienen a su alrededor.

Para ellas el hombre es el medio para su gran momento y saben que solo lo llegarán a él si el hombre se mantiene en su máximo punto de excitación. Y para ello se toman la molestia de estar dándole placer todo el rato.

Gaia es el vivo retrato de lo que más arriba os explicamos. Es una chica de los más fogoso que estalla en llamas cuando se adentra en la intimidad de una habitación. Su cuerpo palpita solo con el hecho de saber que en poco rato estará rozando su húmedo cuerpo contra el de su acompañante.

Manos, lengua, pechos son usados en todo momento para conseguir que el momento súmmum se consiga lo antes posible y dure el máximo tiempo. Solo de esta manera el orgasmo mutuo está asegurado y también una de las mejores experiencias de la vida.